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La profundidad de campo: una gran aliada

La finalidad en una fotografía gastronómica es centrar el interés y la mirada en nuestro plato... todo lo demás debería pasar a un segundo plano. Pero, para hacer nuestras fotografías nos tenemos que contentar con ese pequeño espacio, junto a una ventana... y muchas veces no podemos elegir el fondo que más nos gustaría... ¡aquí es cuando entra el juego la profundidad de campo!

La importancia de la temperatura de color y el balance de blancos

Tras un pequeño descanso de tanta información técnica, hoy volvemos con un concepto que nos ayudará a conseguir que nuestras fotografías presenten unas tonalidades fieles a la realidad. ¿Alguna vez has hecho fotos dentro de casa y te han quedado de un tono anaranjado? O, ¿Has hecho fotos en exteriores y te han quedado con un predominante tono azul? No, tu cámara no se ha vuelto loca... todo es cuestión del balance de blancos.


Calculando la exposición correcta

Como ya vimos anteriormente, cada uno de los ingredientes del la exposición (apertura, velocidad de obturación y ISO) se tienen que equilibrar para crear una exposición correcta.


Ahora que sabes lo que son y cómo éstos determinan la exposición, es posible que aún te estés preguntando por dónde empezar. ¿Cómo y dónde he de poner cada uno de los ajustes para obtener una imagen correctamente expuesta?

El triángulo de la exposición (III): El ISO

El ISO es el último ingrediente que nos falta para ajustar la exposición de una fotografía, y precisamente describe cómo es de sensible a la luz el sensor de nuestra cámara. Los números ISO normalmente comienzan en 100 y, dependiendo de la cámara, puede subir a 12.800 o más.

¿Cómo funciona? Pues, cuanto menor sea el número ISO, menos sensible a la luz, cuanto mayor sea el número, más sensible a la luz. Por ejemplo, si establecemos el ISO en 100, para exponer correctamente necesitaremos más luz que si lo hiciésemos con un ajuste de ISO 800.

El triángulo de la exposición (II): La velocidad

En artículos anteriores hablamos de la apertura del diafragma, y vimos cómo ésta controla la cantidad de luz que entra en la cámara. Pero antes de entrar en la definición de la velocidad de obturación, primero vamos a hablar de cómo funciona el obturador dentro de la cámara.

Imagina en el obturador como una puerta o una cortina en interior de la cámara, justo delante de un sensor, que se abre y se cierra para permitir que la luz, que ha dejado pasar el diafragma, se exponga en el sensor y cree la fotografía.

Cuando ajustamos la velocidad de obturación, realmente estamos determinando cuánto tiempo permanecerá abierto el obturador. Por lo que la velocidad de obturación es la inversa del tiempo de exposición.

Oporto intrépido. 70mm, f/9, 8 segundos

El triángulo de la exposición (I): La apertura

Para crear una fotografía necesitamos luz y, si nuestra cámara lo permite, necesitaremos equilibrar tres ajustes para conseguir una correcta exposición: la apertura, la velocidad de obturación y el ISO.

Nuestro objetivo es usar estos tres elementos para encontrar un buen balance de la luz, profundidad de campo y enfoque, y aunque es muy interesante entender estos principios, no hay ningún conjunto de reglas predefinidas que se puedan utilizar siempre para conseguir la exposición correcta, todo dependerá de la experiencia y conocimientos que vayamos acumulando para tomar nuestras propias decisiones creativas.

Cabezas de pez sable (Madeira)

Pero para no saturarnos iremos por partes, hoy veremos la apertura del diafragma... así que, allá vamos!